Los huevos se han convertido en unos de los alimentos más consumidos en todo el mundo. Las propiedades y su fácil acceso, hacen de este alimento una opción necesaria para que el cuerpo se encuentre saludable. Sin embargo, comer huevos en mal estado o no bien cocido, puede aparejar enfermedades que llevarían a la muerte.
Te podría interesar
El riesgo de intoxicaciones alimentarias se incrementa durante los meses de verano, sobre todo por la proliferación de las bacterias de la Salmonella. Los microorganismos de este género se multiplican y reproducen más rápido por encima de los 30 grados y es por esto que en verano aumentan los casos de salmonelosis.
Aunque no lo creas, la infección por salmonela es bastante frecuente y se trata de una enfermedad provocada por una bacteria que afecta al aparato intestinal. Ocurre tras la ingesta de alimentos contaminados, sobre todo aquellos procedentes de aves de corral, como el huevo, aunque los productos cárnicos también pueden suponer un peligro si no están bien cocinados.
Uno de los signos más frecuente de la salmonela es si cuentas con diarrea, dolor abdominal, fiebre, vómitos, cefaleas o malestar general que duran entre dos y siete días, si no se desarrollan complicaciones en la salud. Para lograr una prevención de esta enfermedad, la OCU ofrece un listado con los 5 claves básicos para prevenir esta enfermedad.
Sin más prólogo, comenzamos a describir estas 5 claves: Comprar huevos que mantengan la cáscara intacta y limpia, de granjas autorizadas. Respetar la fecha de consumo preferente impresa en el envase. Conservar los huevos en el frigorífico. No lavarlos antes de colocarlos en la nevera, sino mejor con agua justo antes de consumirlos. Evita cascar el huevo en el borde del recipiente donde lo vayas a batir, para evitar que caigan trozos de cáscara en el interior. No separes las claras de las yemas con la propia cáscara.