Si estás dando tus primeros pasos en el mundo de la jardinería puede que te hayan recomendado plantas sin flor y que requieran una atención relativa. Si existe una planta que te permite ensayar y equivocarte sin riesgos es el potus, poto o planta julieta. Popular por su resistencia, esta especie no exige demasiado esfuerzo pero sí ciertos cuidados. Descúbrelos a continuación.
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Ideal para la decoración de la casa, el potus o planta julieta puede llegar a alcanzar los 20 metros. Debemos tener en cuenta que esta especie se guía por las paredes y si queremos que crezca rápido, deberemos ubicarla en una zona con bastante luz indirecta, como por ejemplo, cerca de la ventana. Ten cuidado y no permitas que el sol le dé lleno ya que podría quemar sus hojas.
Por otro lado, el potus o planta julieta no requiere de un riego excesivo, ya que puede sobrevivir varios días sin agua. Si tenemos la planta en una maceta debemos regarla únicamente cuando veamos que la tierra está totalmente seca. En este tipo de especies siempre será mejor un defecto que exceso de hidratación.
En este sentido, debido a que la planta julieta o potus requiere agotar toda el exceso de agua sobrante una vez la regamos, la mejor forma de aportar agua será desde arriba y mojar las hojas para que absorba la humedad de forma ambiental. Podemos dejar un plato en la base de la maceta para recoger el agua sobrante. En cuanto a otros cuidados como la frecuencia de riego, si bien se tendrá que tener en cuenta el clima de la zona en la que vivimos, de dos a tres veces por semana será suficiente. Si queremos asegurarnos, existe un sencillo truco que consiste en meter un palo de madera y ver que sale completamente seco.
Por último, debemos tener en cuenta que la planta julieta o potus sí que es sensible a la pudrición de raíces. Por este motivo, debemos hacernos con un sustrato con buen drenaje que garantice eliminar el exceso de agua. En este sentido, se puede añadir fibra de coco o perlita para evitar que se ahogue.