En la cocina solemos tener poco tiempo pero no debemos cejar en el esfuerzo de disfrutar de platos frescos y saludables. Un sencillo truco para ahorrar minutos será tener siempre disponible cebolla cortadas en el congelador. Descubre cómo puedes congelar y descongelar correctamente este vegetal.
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La cebolla es uno de los vegetales más habituales en nuestra gastronomía. No solo la tomamos cruda en ensaladas, sino que sirve como base para sofritos, cremas, caldos o guisos. En cuanto a sus beneficios debemos mencionar unos cuantos, ya que se trata de un alimento antioxidante, diurético, que combate la diabetes y favorece la salud digestiva. Veamos ahora cómo congelar y descongelar las cebollas.
En primer lugar debemos saber que para congelar y descongelar las cebollas deben estar en perfecto estado, sin manchas ni moho. En segundo lugar, al congelar este alimento debemos saber que será utilizado posteriormente en exclusiva para ser cocinado, es decir, que no servirá para ensaladas u otros platos en que los que se sirve en crudo, ya que durante el proceso de congelado su textura cambiará y será más blanda.
Pues bien, el primer paso para congelar la cebolla será pelarla y limpiarla y, en el caso de las cebollas tiernas retirar los tallos. Seguidamente las cortamos en trozos pequeños en función de nuestras necesidades. Podemos hacerlo en diferentes técnicas como en juliana, aros o brunoise. Una vez cortadas retiramos la humedad colocándola en un colador y, posteriormente, en papel secante. Reservamos en el congelador en bolsas con cierre zip de forma que queden planas y con la fecha en que las envasamos.
El proceso para descongelar las cebollas será muy fácil. Directamente de las bolsas que hemos guardado en el congelador podemos utilizarlas para cocinar pasados unos minutos. Si observamos que los trozos han quedado muy unidos podemos dar unos golpes para que se separen.