La vitamina D es uno de los grandes sustitutos que fortalece nuestro organismo. De igual manera, una hipervitaminosis D es una afección clínica que se caracteriza por el consumo excesivo de vitamina D y que, en la actualidad, está en aumento relacionándose con problemas de salud “potencialmente graves”.
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Según los profesionales, la sobredosis de vitamina D es más probable que la sufran mujeres y niños, este aviso vino dado después de conocerse el caso de un hombre de mediana edad aquejado de vómitos recurrentes, náuseas, dolor abdominal, calambres en las piernas, tinnitus (zumbido en el oído), sequedad en la boca, aumento de las ganas de beber, diarrea y pérdida de peso (12,7 kilos).
Tras ser examinado por su médico habitual se comprobó que sus riñones no estaban funcionando correctamente. Además, tenía unos niveles muy altos de calcio y magnesio, y su nivel de vitamina D era siete veces superior al valor normal. Por esta razón, fue derivado al hospital donde su salud estaba muy perjudicada por esta hipervitaminosis D.
El paciente permaneció ocho días en el hospital, tiempo en el que le administraron líquidos por vía intravenosa para limpiar su sistema y fue tratado con bisfosfonatos, medicamentos que se usan para fortalecer los huesos o reducir los niveles excesivos de calcio en la sangre. Dos meses después del alta del hospital, su nivel de calcio volvió a la normalidad, pero su nivel de vitamina D seguía siendo “anormalmente alto”.
Los síntomas de la hipervitaminosis D son muchos y variados, señalaron los médicos, y entre ellos se incluyen somnolencia, confusión, apatía, psicosis, depresión, estupor, anorexia, dolor abdominal, vómitos, estreñimiento, úlceras pépticas, pancreatitis, presión arterial alta, ritmo cardiaco anormal y anomalías renales. Otras características asociadas son la queratopatía, la rigidez en las articulaciones y la pérdida de la audición o sordera.