En el cuidado de nuestra piel muchas veces olvidamos zonas sensibles y que requieren especial atención. La piel del cuello, por ejemplo, necesita de una rutina de belleza específica, que podemos llevar a cabo tanto a través de diferentes cremas como de la propia alimentación. Descubre ciertos consejos para favorecer la elasticidad y aspecto de esta parte del cuerpo.
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La piel del cuello nos ofrece una clara muestra de la edad de una persona. La piel en esta zona del cuerpo es mucho más fina, por lo que pierde la posibilidad de regenerarse más rápido que otras, y está más expuesta a la contaminación y la luz solar. Si descartamos seguir una rutina de cuidado también de la piel del cuello es normal que aparezcan prematuramente arrugas, acumulación de grasa o manchas. Veamos algunos consejos para conseguir una correcta hidratación y protección.
Un clásico error es utilizar la misma crema para la cara que para piel del cuello. Esta zona del cuerpo cuenta con menos cantidad de folículos pilosos, lo que supone una mayor exposición a los rayos ultravioletas. Mientras que para el cutis debemos seleccionar una crema según nuestra piel sea grasa, seca o mixta, en el caso de la piel del cuello debemos fijarnos en características de cuidado de la piel como reafirmantes, reductoras de grasa o antimanchas.
Entre los ingredientes que pueden contener las cremas para el cuidado de la piel del cuello debemos prestar atención a algunos muy específicos. Los antioxidantes, entre muchos otros, pueden ser un gran aliado en retrasar el envejecimiento de la piel de esta zona del cuerpo.
Si bien el propio organismo produce antioxidantes podemos incorporar cremas con contenido de vitaminas C y E y ácido ferúlico que ayudan a un mejor cuidado y aspecto de la piel del cuello. En la alimentación también encontramos estos nutrientes, en alimentos como el coco, la ciruela, los cítricos, los dátiles, la manzana, el trigo, la avena, las hortalizas de hojas verdes y los aceites vegetales.