A la hora de comer, conservar y cocinar huevos con las altas temperaturas, es necesario tener en cuenta algunos aspectos para no caer en riesgo de contraer enfermedades o intoxicarse. Este alimento mal conservado o en mal estado puede provocar Salmonella.
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Los meses de verano suelen ser los más críticos en este sentido, por eso hay que ser muy cuidadosos con las salsas a base de huevo crudo, por ejemplo, ya que cualquier ambiente que supere los 20°C es propenso a desarrollar bacterias más fácil y otros microorganismos causantes de enfermedades o intoxicaciones.
La temperatura en la que se conserva el huevo es crucial en los meses de calor, ya que si es muy elevada se produce una condensación en la cáscara porosa del alimento y la destrucción de la barrera protectora, lo que facilita el intercambio gaseoso con el exterior y la entrada de gérmenes.
Es importante destacar que cuando se efectúe la compra de huevos primero hay que revisar la etiqueta con los datos de su origen y comprobar que la cáscara esté lo más limpia posible. Es crucial en este sentido corroborar que la fecha de consumo esté en vigencia. Una vez que adquirimos unidades de este alimento y decidimos llevarlas a casa, es clave conservarlos en la nevera con las altas temperaturas.
Para conservar los huevos en la nevera, lo ideal es dejarlos en su propio empaque, lejos de comidas que no estén aisladas herméticamente y es fundamental no lavar su cáscara. A la hora de cocinar hay que evitar romper la cáscara en el recipiente donde se va a manipular el alimento y no hacer la maniobra de la separación de la clara y la yema con esa cubierta para evitar intoxicaciones. Las preparaciones con huevos que no estén cocidos en su totalidad, como puede ser una tortilla o una mayonesa, no deben quedar fuera de la nevera y no deben consumirse luego de un día posterior a la fecha de su elaboración.