El Feng Shui, es el sistema filosófico chino que explica la relación de ese mundo visible del que todos somos conscientes con el invisible. Esta gran filosofía oriental, es una manera de tener en cuenta de forma positiva la ocupación armónica del espacio y del cuerpo en todos sus sentidos y donde los alimentos cumplen un rol fundamental.
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Los alimentos los iremos separando según su energía. En primer lugar, el Feng Shui nos habla de los alimentos con energía yang que son los que generan calor, lo que se traduce en los que contienen gran cantidad de proteínas y grasas. Estos se recomiendan para personas que se cansan más fácilmente.
En segundo lugar, el Feng Shui son guía hacia la energía del yin. En estos casos, los alimentos que se relacionan al yin, aconsejados para aquellos que se consideran más activos y nerviosos y que necesitan frenar un poco el ritmo, son más refrescantes, más líquidos y nos traerá una pausa necesaria para no perder el equilibro con el planeta.
Es fundamental mantener un buen balance, y como de los alimentos obtenemos energía vital, tenemos que escoger siempre comidas que se adecúen a lo que naturaleza ofrezca. El Feng Shui nos habla de conseguir la sintonía entre nuestras necesidades y biorritmos y los productos naturales de cada estación.
Pero el Feng Shui nos dice que, también influyen las formas de cocción, y la selección de los alimentos por su color y sabor. Habría que tener en cuenta que cocinar de una manera sencilla, natural y empleando sistemas naturales es mucho mejor que congelar. ¡Ah, y un pequeño detalle! el microondas no es amigo del Feng Shui y los alimentos.
Alimentos yang:
- Sal cruda.
- Embutidos.
- Huevos.
- Carne.
- Horneados.
- Quesos curados.
Alimentos Yin:
- Chocolate.
- Queso fresco.
- Azúcar.
- Frutas o verduras.
- Lácteos.
- Bebidas con alcohol.
- Aditivos.
- Alimentos neutros
- Arroz.
- Cereales.