Seguir un estilo de vida saludable a la hora de comer implica, en gran parte, consumir alimentos frescos y de buena calidad. Pero en el caso de contar con congelador y al encontrarnos con sobras de comida, estas se pueden guardar en el frío para consumir en otra oportunidad y así ahorrar dinero.
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Para conservar alimentos congelados sin que pierdan su calidad lo ideal es hacerlo colocándolos en envases herméticos, bolsas aptas para tal fin con cierre hermético o respetando la propia envoltura cuando sean productos sin abrir. Lo que se evita con esta forma de guardado es la formación de cristales de hielo en el interior.
Congelar un alimento es una forma de prolongar su vida útil y además se garantiza que no se desperdiciará comida. Desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) afirman además que guardar productos en el frío de esta forma, en temperaturas de -18°C o más bajas, contribuye a la inactivación de “microorganismos que los alteran y que pueden provocar enfermedades".
La entidad además aclara que si la congelación se hace de forma correcta jamás se pierden sus nutrientes ni su calidad alimenticia. Lo que hay que tener en cuenta siempre es el período máximo de congelamiento de cada tipo de alimentos, ya que no será lo mismo en fiambres y embutidos (que se pueden conservar intactos durante 2 meses como mucho) que en sopas y guisos (que van hasta 3 meses).
Para las verduras y frutas el plazo máximo de congelamiento sin que pierdan sus propiedades nutricionales y calidad es de un año (o algunas pueden caducar a los 8 meses). Mientras que para los mariscos, su duración va de los 3 a los 6 meses. En cuanto a los pescados azules, estos son uno de los alimentos que menos tiempo duran congelados sin perder su calidad, ya que va de 2 a 3 meses. Respecto de los blancos, duran entre 6 y 8 meses. Las comidas como la carne picada y las hamburguesas pueden estar hasta 4 meses en ese estado. En el caso del cerdo, cordero y carne de vacuno, el periodo va entre 6 meses y un año.