La hidratación es fundamental tanto a la hora de seguir una dieta de adelgazamiento como para mantener una alimentación sana y equilibrada. En este sentido, se han instaurado ciertos mitos en cuento a la relación de la ingesta del agua y el aumento o descenso de peso. Conoce cuál es la realidad a continuación.
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Popularmente se conoce que para una correcta dieta debemos consumir cierta cantidad de agua. En el caso de las mujeres 2 litros al día, mientras que los hombres deben beber hasta 2,5 litros diariamente. Sin embargo, diversos especialistas en nutrición recuerdan que ello no es más que una recomendación general y cada dieta debe estar adecuada a las necesidades y singularidades de cada persona.
Debemos recordar que nuestro organismo es un 50% agua y, por tanto, esta sustancia es fundamental para las funciones fisiológicas más básicas y, en consecuencia, para nuestra dieta. También es necesario saber que no todas el agua envasada es igual, por lo que debemos atender a ciertos elementos de su composición como el sodio o la mineralización que presenta cada marca. Veamos ahora los mitos sobre la relación entre el agua y el peso.
Quizá uno de los falsos mitos más extendidos es aquel que asegura que si bebemos más agua adelgazaremos de forma más sencilla. Este hábito por sí solo no tiene un impacto directo en un descenso del peso. No obstante, es correcto que la dieta que sigamos será más efectiva.
En segundo lugar, otra de las creencias extendidas en la relación directa entre el agua y el peso sostiene que beber agua entre comidas engorda. Totalmente falso. Más bien el efecto es el contrario, ingerir cierta cantidad de agua entre una comida y otra solo provocará que estemos más saciados, ya que esta sustancia no aporta energía. Y, finalmente, tal vez hayas oído que el sodio provoca retención de líquidos. Este mineral no influye en el nivel de nuestro peso, ya que si nuestra función renal y hormonal son normales no tenemos por qué retener líquidos al beber agua con un destacado contenido de sodio.