El agua es fundamental para el funcionamiento correcto de nuestro organismo. Según la ciencia, más del 50% de nuestro cuerpo es líquido y por eso, deberíamos consumir entre 2,7 y 3,7 litros de agua al día. Más ellos que ellas y no toda ingerida en líquido, pues buena parte, alrededor del 20%, llega de los alimentos.
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En España hay un gran problema por el suministro de agua en las casas. La mitad de los españoles compra agua embotellada como por ejemplo, en el caso de los canarios, ese porcentaje llega al 90% e incluso entre los madrileños, tan orgullosos de su agua, un tercio recurre al agua embotellada. Por eso, los sistemas de filtración y purificación de agua se han convertido en un útil cotidiano en millones de hogares, antes de nada, para ahorrar en agua.
Como venimos diciendo, toda vida empieza por el agua y para los humanos es la primera garantía de salud. Según la Academia de Ciencias de Estados Unidos, Pero la que tomamos del grifo se ha convertido en una preocupación debido a la grave presencia de microplásticos en las aguas de ríos y mares.
Muchos españoles consumen aguas provenientes de pozos con alto contenido de cal, aguas tratadas con exceso de cloro, regiones donde las aguas tienen un exceso de metales o pesticidas y es ahí, donde son fundamental los filtros en el grifo.
El agua en estado puro es el ideal para cualquiera, pero especialmente, para niños, embarazadas y todos los que sufren problemas gastrointestinales. Eso sí, una vez filtrada, carece de la química que protege el agua de las bacterias, por eso se recomienda su consumo en las 48 horas siguientes.