La soja texturizada es una proteína vegetal que nace a partir de la harina de soja. Muchos vegetarianos y veganos la conocen también como carne de soja, carne vegetal o proteína vegetal texturizada, este alimento se postula como uno de los sustitutos más populares de la carne de origen animal.
Te podría interesar
Definitivamente, nos encontramos ante un alimento procesado, pues se obtiene tras someter la harina de la legumbre a un proceso de extrusión y deshidratación. Sin embargo, hablamos de un procesado saludable (no todos los procesados son insanos por naturaleza) pues no contiene aditivos químicos, azúcares añadidos, saborizantes ni colorantes.
La soja texturizada suele comercializarse deshidratada por lo que es preciso hidratarla previamente en cualquier líquido para que adquiera una consistencia adecuada. Asimismo, al tratarse de una materia insípida existen varios trucos a tener en cuenta para lograr un plato lleno de sabor. Este proceso es muy sencillo, solo necesitamos depositar la soja en un recipiente hondo, cubrirla con el doble de agua en volumen y esperar unos 15 minutos para que esté a punto.
Si lo que queremos es aprovechar este tiempo para que a su vez adquiera sabor, lo recomendable es dejar reposar la soja texturizada en un líquido ya sazonado o condimentado, como por ejemplo un caldo, para que así dicha materia absorba todos los matices. Sucede como con el tofu, otro de los derivados de la soja más conocidos y que es capaz de adquirir una y mil formas, sabores, texturas y aromas según la forma en que se cocine.
Concluido el proceso de hidratación, la soja se pasa a un colador y se deja escurrir. Cuando consideremos que el exceso de agua ha sido eliminado comprobaremos que haya adquirido una consistencia blanda, porosa y fibrosa similar a la carne que puede ser salteada con un poco de aceite de oliva virgen extra, hierbas, especias, salsas variadas o los condimentos que se prefiera.