Sabemos que a la mayoría de nosotros nos preocupa adelgazar o si no es ese el caso, simplemente mantener nuestro peso ideal. Esto se logra a través de una dieta equilibrada por lo que a la hora de saber que cocinar y que comer, aprender a diferenciar las calorías buenas de las malas, es de mucha utilidad.
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Las calorías son unidades físicas que se utilizan para medir el calor y la energía, y cuando hablamos de buenas o malas, nos referimos a las distinciones en cuanto a la densidad nutricional. Es por eso que los especialistas recomiendan que la mayor parte de nuestra alimentación debe contener alimentos que nos aporten proteínas, ácidos grasos, carbohidratos y micronutrientes de mucha calidad.
Las calorías buenas son aquellas que proceden de alimentos con elevada densidad nutricional y aportan compuestos de buena calidad para el organismo. Los los alimentos de origen animal son un buen ejemplo de esto ya que concentran en su interior proteínas de alto valor biológico y una cantidad importante de vitaminas y de minerales. De hecho, se recomienda que el 90 % de las calorías sean de este tipo porque aseguran la inclusión de compuestos con actividad antioxidante que neutralizan la formación de los radicales libres.
Las calorías malas normalmente provienen de elementos como los azúcares simples y las grasas de tipo trans y el consumo excesivo de las mismas en complemento con el sedentarismo puede aumentar las posibilidades de adquirir patologías como la diabetes o que el cuerpo se vuelva ineficiente en sus funciones vitales, lo que podría dar lugar a un envejecimiento temprano y a problemas de salud crónicos durante la edad adulta.
Como último consejo recomendamos no solo enfocarse en la dieta, ya que para cuidar de nuestra salud es importante la combinación de una serie de buenos hábitos. La práctica regular de actividad física y un descanso adecuado son algunos ejemplos que pueden ayudarnos a estar más saludables.