Los calçots son una variedad de cebolleta muy populares en algunas zonas de España, donde se realizan las tradicionales calçotadas, como en Cataluña, y se caracterizan por ser ligeramente dulces, y se acompañan de la salsa romesco. Suelen hacerse a la brasa, pero se pueden hacer de otra manera, como rebozados, como la receta que se presenta a continuación.
Ingredientes para esta receta:
- 1 ó 2 manojos de calçots. (Unos 6-8 por persona)
- 250 gr de harina.
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- 2 huevos.
- 200 gr de pan rallado.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal al gusto.
- Salsa romesco (opcional).
Receta paso a paso:
Lo más complicado de cualquier receta que se realice con calçots es limpiarlos. Es una ardua tarea que hay que hacer con cuidado, para eliminar la tierra que pueda tener pegada. Recortar muy poco los extremos para eliminar las raíces y las hojas de las puntas que están más verdes.
Una vez esté limpios los calçots, hay que ponerlos en una bandeja para asarlos en el horno durante unos 30 minutos a 200-220ºC. Es importante darles la vuelta cuando ya haya pasado la mitad del tiempo, para que se hagan bien por los dos lados.
Cuando estén hechos, sacar del horno y tapar con papel de aluminio, para que reposen a la par que conservan el calor durante unos minutos. Mientras, se van preparando los ingredientes para hacer el rebozado de los calçots. En un plato, colocar la harina, en otro los huevos, batidos con un poco de sal, y en un tercer plato, el pan rallado.
Para rebozarlos, primero hay que pelarlos. Pelar un calçot consiste en retirar la capa más externa de cada uno de ellos, de la manera muy sencilla. Hay que sujetar con dos dedos la parte baja (zona de las raíces) y, con la otra mano, tirar de la punta, igual que se hace cuando se comen al estilo calçotada. Poner el aceite a calentar en una sartén, mientras se rebozan los calçots.
El siguiente paso en la receta es, rebozar los calçots. Para ello, pasar ligeramente, cada calçot por la harina, para no crear una capa demasiado gruesa. Seguidamente, bañarlo en el huevo batido. Para terminar el rebozado, es el turno de pasarlo por el pan rallado de manera que la verdura quede muy bien envuelta en una capa externa que, una vez frita, quedará extra crujiente.
A la hora de meterlos en la sartén, ir poniéndolos poco a poco, y nada más un par de minutos, tiempo más que suficiente para que se doren bien, sin que lleguen a quemarse. También pueden hacerse en una freidora. A la hora de servirlos, se pueden comer solos así rebozados, o acompañarlos con alguna salsa, como la salsa romesco, por ejemplo.