España es un país quesero. En el 89% de los hogares españoles se come queso a diario, o mínimo varias veces por semanas. Consumiendo más de 340 millones de kilos de quesos al año, según los datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
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Los quesos enamoran. Ya sean curados, frescos, cremosos, de oveja, de cabra, de vaca… hay miles de quesos en el mundo y, la mayoría están en España. España cuenta con 26 variedades de queso con Denominación de Origen Protegida. Y todos ellos, con sus características particulares dependiendo del clima, el suelo, orografía, y ganado de cada región.
En el norte de España, en Galicia es muy típico el queso de tetilla, un queso con un sabor suave y con una textura cremosa. Es uno de los favoritos de los más pequeños de la casa.
En Asturias, el queso más consumido y producido es el cabrales. Es un queso azul que está hecho mezclando dos o tres clases de queso, por eso, su sabor es tan intenso.
En Cantabria, es el queso pasiego el que triunfa por excelencia. Está elabora con leche de vaca procedente de la zona del Pas y del Liébana. En Castilla y León está el zamorano, producido con leche cruda de oveja. Tiene un intenso sabor.
El queso manchego es el más conocido en el mundo entero. Elaborado con leche de oveja de raza manchega, consiguiendo así un sabor mucho más fuerte, teniendo un toque algo picante. El idiazábal es el queso típico del País Vasco: está hecho con leche cruda de las ovejas Latxa y Carranzana.
En el noreste de España, en Cataluña, está el queso garrotxa, elaborado con leche de cabra murciana pasteurizada. Por otro lado, destaca la Torta del Casar, un queso cremoso elaborado a base de leche cruda de oveja. Mientras que en Andalucía, el queso por excelencia es el grazalema, producido con leche de ovejas Merinas y de cabras de raza Payoya.