Los quesos azules son un placer, para las personas que les gusten los quesos azules. Son unos lácteos muy característicos por su gusto textura de crema o mantecosa, su intenso y picante sabor, así como su aroma que es muy penetrante.
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Los quesos azules más sonados son el roquefort y el cabrales, pero hay muchas variedades más, que sólo un amante de los lácteos y los quesos, es capaz de reconocer. Pero entre estos quesos hay diferencias hay diferencias en cuanto a intensidad -cuanto más marmolado sea su aspecto, más fuerte sabrá-, sabor -van desde los más suaves a los sumamente picantes- y textura -los hay ásperos, cremosos y más terrosos-.
A continuación, mostramos los quesos azules más característicos:
Roquefort. De los más antiguos, elaborado con leche cruda y entera de oveja de raza Laucane. Su aspecto físico es muy característico, con su pasta veteada con tones azules tirando a verdosos. Tiene una textura cremosa y untuosa y en boca es fuerte, picante y con matices salados.
Gorgonzola. Queso italiano del que el gusto depende de su grado de maduración, ligeramente picante, aunque algo más suave que el queso roquefort. Es el queso que por excelencia se usa en los platos de pasta y en las salsas.
Cabrales. El queso que es el cabeza de cartel de los quesos azules del planeta, el que más fama ha dado a estos tipos de lácteos. Se elabora artesanalmente, sólo con leche de vacas, cabras y ovejas criadas en pastos de montaña. Se cura en profundas cuevas con humedad que gira en torno al 90% y temperaturas muy bajas. Se trata de un queso cremoso, con un sabor profundo, picante y algo ácido y un aroma que es muy penetrante.
Queso Azul de Valdeón. Se elabora con leche de cabra, de vaca o de la mezcla de ambas y se cura en cuevas donde hay mucha humedad y temperaturas extremas, durante bastante tiempo. Destaca su aspecto externo por su veteado de color azul intenso, así como un gusto más fuerte, ligeramente picante y con ciertos matices salados.