Un huevo frito, un buen trozo de pan y algo de beber. Es una de las recetas más sencillas y rápidas de hacer. Pero lo más complicado es conseguir un huevo perfecto. A continuación, los trucos clave para que el huevo sea de 10.
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Sartén antiadherente. Es el utensilio de cocina principal para que la yema del huevo quede perfecta. Si se usa una sartén en mal estado, es probable que al sacar el huevo se rompa porque se ha quedado pegada. Por lo que siempre hay que tener en casa, no ya para hacer huevos, sino para cualquier otra comida, una buena sartén antiadherente. Además, si es de un tamaño pequeño, se cocinará mejor el huevo y no se esparcirá la clara por más superficie de sartén.
Aceite en cantidades correctas. Hay que llenar la sartén con abundante aceite de oliva virgen extra Y que alcance la temperatura correcta (muy caliente) antes de cascar el huevo. Las salpicaduras pueden evitarse colocando una tapa en la sartén, pero se tiene que tener cogido muy bien el punto al huevo, para que no se pase y se seque la yema. Lo ideal es dejar el huevo unos 15/20 segundos en la sartén.
La puntilla. Aparece en el momento exacto en el que, al echar el huevo, el aceite empieza a saltar. Si el aceite no salta no se llega a conseguir la puntilla tan característica de un huevo de 10, con esa clara crujiente y la yema al punto.
Cubrir la yema con aceite. Este punto de la preparación del huevo ya es según el gusto de cada uno. Hay personas que creen que echar aceite con la espumadera en la yema, se hace antes. Pero si el aceite de la sartén está lo caliente que debe estar, no haría falta, es más podría dejar la yema más seca en cuestión de segundos y perder ese aspecto jugoso que se quiere conseguir del huevo perfecto.
Sal. En cualquier comida, la sal le da un toque especial, y más en el huevo. Pero tiene que ponerse la sal en el momento idóneo, que según los expertos en freír huevos, es el justo instante de echar el huevo en la sartén, y la sal siempre sobre la yema del huevo.