Si bien es muy común utilizar los calabacines de forma cocida o asada, son vegetales ideales para comer frescos y crudos. De esta forma el alimento no pasa por ningún proceso de cocción y no pierde sus propiedades beneficiosas para nuestro cuerpo: cantidad significativa de potasio, vitamina C y fibra.
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Hay dos ingredientes para darle más sabor a una ensalada de calabacines: nueces y queso. Para preparar este plato necesitas dos unidades de este vegetal, algunas fetas del lácteo y un puñado abundante de frutos secos. Además requieres de estos alimentos: sal, pimienta, un limón y aceite de oliva virgen extra.
Para hacer una ensalada de calabacines con mucho sabor primero debes cortar estos vegetales en rodajas muy finas. También puedes usar un cortador tipo pasta o en cintas. El gusto es personal. Luego debes colocar estos trozos de alimento en un bol o ensaladera y agregar el zumo de limón, la pimienta, la sal y el aceite de oliva.
Cuando tengas todos los ingredientes en el bol, tienes que remover para integrar y que se impregnen los sabores. La idea es que marines los calabacines una hora como mucho, pero con 20 minutos bastará para que se mezclen las texturas y aromas. Lo siguiente que debes hacer es picar las nueces y escurrir las rodajas de calabacín.
Cuando hayas escurrido las rodajas o cintas de calabacín, debes colocarlas en un bol y el aliño sobrante en otro. A esa preparación deberás sumarle otro poco de zumo de limón y otro chorro de aceite de oliva, para batir hasta lograr una emulsión y utilizarla para regar la ensalada. Finalmente, corta el queso feta como te apetezca, añádelo a la ensaladera y culmina con las nueces picadas.