La fondue es originaria de Suiza, se ha convertido en un aperitivo muy común en los restaurantes y lugares de comida. Es perfecta para acompañarla con diferentes ingredientes y snacks, cubiertos de una cremosa y exquisita salsa de queso, que les aportará un sabor único a nuestras comidas. Esta receta es sencilla de hacer y puede utilizarse tanto como fondue, como también para recrear otros platillos clásicos, como los mac and cheese.
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La fondue clásica, tal y como se conoce, se hace con una mezcla de quesos suizos. A ello se le agrega almidón de maíz, kirsch o vino y ajo. Actualmente, existen muchas variantes de esta receta, dependiendo de la región donde se elabora, donde se mezclan distintas variedades de quesos, vinos y condimentos.
Ingredientes:
- 400gr de queso gruyere
- 400gr de queso emmental
- 1 copa de vino blanco
- 1 chupito de licor kirsch (de cereza)
- 1 cucharadita de almidón de maíz
- 1 diente de ajo
-1 cucharadita de nuez moscada
- ½ cucharadita de pimienta
Paso a paso:
Cortamos el ajo por la mitad y repasamos todas las paredes de la olla con él. En una olla ponemos a calentar el vino blanco hasta que esté a punto de hervir. En ese punto, agregamos el queso en dos o tres partes, cortado en trozos pequeños.
Revolvemos constantemente en forma de 8 para evitar que el queso se pegue. En el chupito de licor (que también podemos reemplazarlo por vino blanco o en su defecto, agua), agregamos la cucharada de almidón de maíz y mezclamos muy bien hasta que se integren. Agregamos a la mezcla de queso y seguimos revolviendo.
Agregamos la pimienta y la nuez moscada y continuamos calentando hasta que el queso se haya fundido por completo. Este paso podría demorar alrededor de 10 minutos, pero es importante revolver en todo momento para evitar que el queso pueda quemarse.
Acompañamos con diferentes aperitivos como vegetales (patatas, tomate, bastones de apio, zanahorias, brócoli, etc.), pan, tostadas, snacks, carne, salchichas, o lo que más te guste.