La gastronomía mundial cada vez toma más relevancia entre los comensales, quienes se interesan por descubrir comidas típicas de otras regiones del mundo. Esta receta es imperdible, a base de una carne magra con un empanado crocante, el resultado será un rico pollo crujiente.
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Así, platillos de diferentes países se han vuelto populares, como es el caso de los tacos de México, las pastas de Italia o el sushi de China. En esta ocasión, te enseñaremos una típica salsa coreana picante para acompañar un crujiente y sabroso pollo frito que te sorprenderá por su irresistible sabor.
Ingredientes:
- 4 supremas de pollo
- 3 huevos
- 2 cucharadas de vinagre blanco
- 360ml de leche entera
- 1 cucharada de salsa de soya
- 1 cucharadita de pimentón dulce en polvo
- ½ cucharada de ajo en polvo
- ½ cucharadita de sal
- Pimienta molida a su gusto
- 2 ½ tazas de harina de trigo
- 1 ½ taza de fécula de maíz
- Aceite para freír c/n
Para la salsa:
- 1 cucharada de pasta de chile fermentado o salsa de chile
- 4 cucharadas de jarabe de maíz o miel
- 2 cucharadas de kétchup
- ½ cucharada de salsa de soya
- ½ cucharada de ajo en polvo
- 2 cucharadas de azúcar blanco
Paso a paso:
En una taza mezclamos la leche con el vinagre blanco, mezclamos y dejamos reposar mientras preparamos el pollo.
Cortamos las supremas en trozos medianos, del tamaño que deseemos nuestras piezas fritas. Lo colocamos en un bol y agregamos la salsa de soya, la sal y el ajo en polvo.
Con nuestras manos amasamos el pollo para que tome el sabor de las diferentes especias. Agregamos la leche con vinagre, que debe haber tomado una consistencia más cremosa como un yogurt, y mezclamos todo muy bien. Lo llevamos a enfriar a la nevera por 30 minutos.
En un cazo amplio colocamos la fécula de maíz junto con la harina de trigo, el pimentón y la pimienta. Y para la salsa, mezclamos todos los ingredientes y llevamos al microondas por 1 minuto.
Sacamos el pollo de la nevera y agregamos los huevos, mezclamos todo muy bien. Luego, mientras calentamos el aceite para freír, pasamos todos los trocitos de pollo, uno por uno, por la mezcla de harina y fécula.
Freímos en el aceite hirviendo hasta que tengan un color dorado por fuera y los servimos con la exquisita salsa picante.