Cuando llega el fin de semana muchas veces estamos con familia y amigos, pero no siempre tenemos ganas de hacer comidas sofisticadas en nuestro día de descanso. Así que te vamos a enseñar cómo preparar esta receta de exquisitas croquetas de pollo asado.
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Son fáciles y rápidas de preparar y más de uno estará feliz de este pequeño manjar. Van muy bien como plato principal o puedes servirlas como aperitivo. Si en la semana hiciste un pollo asado y te sobraron algunas presas no las tires porque con ellas prepararemos estas deliciosas croquetas que más de uno quedará fascinado.
Ingredientes
- Restos de pollo asado, 200 g
- Harina, 75 g
- Mantequilla, 90 g
- Leche entera, 1 litro
- Sal, c/s
- Restos del jugo del pollo bien reducidos, 100 ml
- Pimienta blanca molida, 1/2 cucharadita
- Huevos, 4
- Pan rallado, 200 g
- Panko, 100 g
- Aceite de oliva
Preparación
Calentar ligeramente los restos de pollo asado que tengamos, quitar la piel, deshuesar con paciencia y picarla finamente. Reservar los jugos que hayamos podido conservar del pollo asado. Para la receta de la bechamel que agregaremos a nuestras croquetas hay que seguir unos simples pasos.
Derretir la mantequilla en un cazo, añadir la harina y remover a fuego bajo durante unos 5 minutos o hasta que la harina se cocine y pierda el sabor a crudo. Incorporar los jugos del pollo que teníamos reservados y también la leche entera. Cocinar durante unos 15 minutos hasta lograr que la bechamel quede cremosa y sin grumos. Bajar el fuego al mínimo y cocinar 5 minutos más. Añadir sal y pimienta, y por último el pollo picado, mezclar bien. Reservar toda la noche en la nevera.
Luego batir los huevos y ponerlos en una bandeja plana, agregar todas las bolitas y moverlas suavemente para que se impregnen. En otra fuente poner el pan rallado y el panko juntos. Pasar las nuestras croquetas por esta mezcla y reservar sobre una bandeja con cuidado de no romperlas.
Calentar abundante aceite de oliva en un cacillo. Necesitamos una temperatura media para que las croquetas se doren pero también lleguen a calentarse en su interior y así la bechamel quede bien cremosa. Freír hasta que alcancen ese dorado y retirar a un plato con un papel absorbente para que pierdan el exceso de grasa. A disfrutar!