STEAK TARTAR

Ucrania: esta es la historia del steak tartar

Este plato es, sin dudas, uno de los favoritos entre los fanáticos de la carne.

Steak Tartar.Steak Tartar. Fuente: Instagram @johnnyprimeccCréditos: Steak Tartar. Fuente: Instagram @johnnyprimecc
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El steak tartar o filete tártaro es un plato elaborado con carne de vacuno picada cruda. Se suele servir con cebolla picada muy finamente, alcaparras y diversos ingredientes, algunas veces se pone una yema de huevo. En el siguiente artículo te enseñaremos la historia de este popular plato.

Este original plato, divulgado por los cosacos de Ucrania, se ha visto reflejado en la literatura en obras como “El Conde de Montecristo” de Victor Hugo, o “Miguel Strogoft” de Julio Verne, y en el cine en películas como “Wall Street” de Oliver Stone, donde el tiburón de las finanzas Gordon Gekko se jacta ante un acompañante y le dice: “Prueba el steak tartar, no está en la carta pero Louis lo prepará para ti”.

La primera teoría sobre el origen del steak tartar se remonta a los jinetes tártaros, un pueblo nómada de Mongolia, que almacenaba la carne debajo de su silla de montar durante largos viajes hasta que estuviera lo suficientemente blanda como para consumirla, y sobrevivir así a las duras condiciones de la estepa.

Steak tartar. Fuente: Instagram @vacayhuerta

Pero, sin dudas fueron los cosacos de Zaporozhia los que supieron aprovechar y difundir este plato. Los cosacos se consideran herederos de los tártaros, y fuern quienes ocuparon buena parte del cauce bajo del río Dniéper (el actual oeste de Ucrania, en la zona del Donbás, en litigio con Rusia ), y cuya relevancia histórica es fundamental en todo el este de Europa, principalmente por sus guerras contra lituanos, polacos e incluso contra el Rus de Kiev (considerado el inicio de la identidad nacional rusa).

Steak tartar. Fuente: Instagram @eatingsil

Los cosacos ucranianos cortaban gruesos trozos de carne, a modo de filetes, los salaban y colocaban debajo de la silla de montar para aplastarlos y desangrarlos con velocidad. Tras un rato entre los lomos del caballo y el cuero, el filete estaba suficientemente curtido, desangrado y macerado, lo que permitía consumirlo totalmente libre de sangre. Cada tajo les permitía consumir con facilidad y rapidez un producto que además quedaba tierno y sazonado.