En las recetas de la abuela podemos encontrar un abanico de comidas que seguro ningún integrante de la familia va a querer perderse. De todos esos alimentos de la gran madre, las cosas dulces son los manjares que nos hace volver a la infancia.
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Con receta en mano, empieza la primavera y con ella comienza la temporada de torrijas. Este postre tiene tantas variedades como nombres de personas por eso siempre la mejor será la que hacia la abuela.
Para que nuestro paladar logre captar esa esencia de los fines de semana en cada de la abuela, debemos apuntar a la preparación que será clave en nuestra torrijas. Primero que nada hay que infusionar la leche con las cortezas de los cítricos, el azúcar y la canela. Este paso es muy importante por lo tanto debes estar muy atento al preparado.
Luego, mientras se hace la leche de la torrija, cortar el pan en rebanadas de unos 2 cm. de grosor y colocar en una fuente honda. Verter la leche, sin retirar los cítricos ni la canela, sobre el pan y mojar las rebanadas de pan bien por ambos lados.
Cuando tengas el pan en la infusión, pasar las torrijas por el huevo batido y freír en abundante aceite. Debes escurrir bien y dejar sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite. El gran final es terminar espolvoreando un poquito de azúcar moreno sobre ellas.
INGREDIENTES:
1 pan de torrijas,
1 litro de leche,
2 cucharadas de azúcar,
1 corteza de limón,
1 corteza de naranja,
1 rama de canela,
3 huevos,
Aceite de oliva suave,
Azúcar moreno.