Los salazones están considerados un manjar en muchos lugares del mundo. Prepararlos es más sencillo de lo que parece, aunque es cierto que a la hora de limpiar los boquerones para que se conviertan en anchoas, es una de las tareas más complicadas de llevar a cabo, pero cuando se coge el truco, luego todo sale rodado.
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Ingredientes para esta receta:
- 500 gr de boquerones grandes y frescos.
- Sal gruesa.
- Aceite de oliva virgen extra.
Receta paso a paso para preparar las anchoas en salazón:
Los boquerones tienen que ser grandes y frescos. Lo ideal, para evitar todo tipo de problemas de salud o la aparición de anisakis, es congelar los boquerones al menos 48 horas antes de su manipulación.
Pasado ese tiempo hay que descongelar, lavar con agua y secarlos con cuidado, uno a uno los boquerones. Después toca limpiarlos con tranquilidad, es una tarea muy sencilla si se coge el truco. La clave es presionar ligeramente con dos dedos las agallas, tirar de la cabeza girándola un poco, saldrá de golpe con gran parte de las vísceras.
El siguiente paso para limpiar los boquerones es introducir el dedo por el vientre hacia la cola del boquerón para abrirlo, retirar los restos de las tripas y sacar la espina central. De ese modo, es mucho más cómodo separar los dos lomos/filetes y colocar un recipiente con agua limpia para eliminar los restos de sangre.
Una vez todos los boquerones estén limpios, sacar del agua y secar bien. Preparar otro recipiente con la sal gorda, colocar encima los filetes de pescado sin amontonar, otra capa de sal gorda, de nuevo boquerones y repetir el proceso hasta terminar con todos los boquerones. Bien cubiertos de sal. Tapar y dejar en la nevera cómo mínimo 24 horas, pero es mucho más adecuado de unas 48 a 72 horas.
Pasado ese tiempo, sacar las anchoas curadas de la sal, porque ahora sí son anchoas. Retirar el exceso de la sal y lavar con agua para dejarlas completamente limpias. Secar con papel de cocina y colocar en un recipiente y cubrir con abundante aceite de oliva virgen extra. Pueden mantenerse en la nevera durante varias semanas, ya que gracias a la sal y al aceite se conservan muy bien.