El mundo de los postres al igual que el de la cocina suele ser muy amplio por lo que vas a poder encontrar una gran cantidad de recetas, pero existen algunos clásicos que nunca pasarán de moda y uno de ellos es el típico postre de leche quemada que es muy similar al creme brulee aunque tiene sus características que lo vuelven tan especial a la hora de comer.
La leche quemada se trata de un postre típico de las abuelas que se ha convertido tan popular en diferentes sitios debido a la textura que tiene en la superficie, pues la textura firme y sabor dorado hace un contraste delicioso con el interior cremoso de este postre así que si quieres aprender cómo prepararlo a continuación te dejamos la receta más fácil para preparar una rica leche quemada.
Ingredientes para este postre tradicional
Preparar esto significa leche es muy sencillo y para eso vas a necesitar 750 mililitros de leche de vaca junto con ocho yemas de huevo además de 250 gramos de crema de leche, 200 gramos de azúcar blanca, un par de cucharadas de fécula de maíz y una rama de canela, aunque si lo prefieres puedes agregar esencia de vainilla para darle un sabor diferente.
Te podría interesar
Te podría interesar
Prepara la leche quemada
- Lo primero que tienes que hacer para preparar este postre es colocar todas las yemas de huevo en un recipiente limpio para colocar 100 gramos de azúcar junto con la fécula de maíz.
- Bate hasta integrar perfectamente para que en una olla aparte coloques la leche junto con la crema de leche, la azúcar restante y la rama de canela para llevarla a calentar a fuego medio.
- Si deseas agregar esencia de vainilla, es momento de añadirla a la mezcla para que justo cuando esté a punto de llegar a ebullición tomes un poco de la mezcla, la cual deberás integrar con las yemas batidas.
- Deja calentar hasta que comience a hervir para después reducir el fuego al mínimo y añadir las yemas batidas poco a poco con movimientos envolventes hasta que tome una consistencia espesa.
- Una vez que esté lista tu mezcla debes colocarla en moldes pequeños para después esparcir un poco de azúcar en la superficie y llevar al horno a 180° C por 5 minutos o hasta que observes que la parte superior ha tomado un color dorado.
Después de esto solo queda retirar del horno para dejar enfriar por unos minutos y posteriormente disfrutar su delicioso sabor, además si quieres darle un toque extra puedes añadir un poco de merengue que combina a la perfección con la textura cremosa.