Muchas veces hemos escuchado que para evitar que el alcohol se apodere de nosotros, tenemos que comer algo antes de empezar a tomar y también mientras estamos disfrutando las bebidas alcohólicas. Sin embargo, debemos saber que no todos los alimentos son adecuados para mezclar con el alcohol. Es por eso que queremos compartiros la lista de alimentos que NO deben combinarse con la cerveza ya que pueden producir algunos efectos secundarios en nuestro organismo. Así que seguid leyendo para disfrutar de una tarde de cañas sin temor a una resaca o problemas digestivos.
¿Cuáles son los alimentos que no se deben combinar con la cerveza?
Seguro que habéis escuchado por ahí la palabra michelada o licuachela, lo que se define como una cerveza que se combina con salsa inglesa, chamoy y a veces se escarcha con azúcar, sal o algunos otro polvillos afrutados; incluso se combinan con gomitas, dulces y cacahuetes confitados. Estos son algunos alimentos que de acuerdo con El Financiero nos dice que no debemos combinar con la cerveza:
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Alimentos salados
Es muy común que en los bares nos ofrezcan cacahuetes salados o algunas otras semillas. Lo que no debemos olvidar es que la sal se caracteriza por ser la principal fuente de sodio en nuestro cuerpo, este ingrediente se encuentra en varios alimentos como la carne procesada. De acuerdo con el sitio especializado de Web MD, el consumo excesivo de este alimento puede producir deshidratación. Un estudio de la National Library of Medicine (NIH) explica que existe una relación entre el consumo de alimentos salados con la cantidad de alcohol que se consume. Esto se debe a que los sujetos demostraron beber más por la deshidratación que producía el ingrediente rico en sodio.
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Bebidas energéticas
Entre los jóvenes es común combinar bebidas energizantes de todos los colores y sabores con diferentes bebidas alcohólicas, sin embargo, según los Centros para el Control de Prevención de Enfermedades, estos energéticos contienen grandes cantidades de cafeína, azúcares añadidos, entre otros estimulantes. Los CDC recomiendan no combinar estos dos líquidos debido a que la cafeína puede ocultar los efectos depresivos del alcohol, como la cerveza, y provocar que la persona se sienta más alerta o alterada de lo normal. Esto aumenta el riesgo de que se beba más de lo usual.
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Leche
A pesar de la creencia popular de que la leche puede proteger al estómago para evitar sufrir consecuencias de beber alcohol como problemas digestivos y hasta la resaca, la realidad es que eso no es cierto. La mezcla de leche con cerveza puede provocar inflamación y otros malestares estomacales como gases o diarrea, esto le puede ocurrir a personas con intolerancia a la lactosa o gastritis e incluso a las que no tienen problemas consumiendo lácteos. No debemos olvidar que la cerveza es un líquido con altos niveles de calorías, proteínas y carbohidratos. Entre las consecuencias de un consumo excesivo de cerveza nos puede llevar a un aumento de peso y también incrementar los riesgos de padecer presión arterial alta y hacernos más propensos a padecer diabetes.