El consumo en exceso de zumos en polvo puede tener consecuencias perjudiciales para la salud: diarrea, dolores de cabeza, migrañas, náuseas, hiperactividad, mareos y vómitos, entre otros problemas graves como el cáncer (según tipo de colorante y tiempo de exposición al cuerpo, según el Centro para la Ciencia en el Interés Público). Lo ideal en este tipo de producto de la industria alimentaria es que se consuma con moderación y en el caso de los más pequeños de la casa, supervisados por sus padres.
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Estos datos fueron arrojados por un estudio realizado por El Poder del Consumidor, la asociación civil sin fines de lucro, que analizó los ingredientes de zumos en polvo de una reconocida marca a nivel mundial. La etiqueta nutricional del producto afirma que no contiene azúcar, pero sí posee edulcorantes artificiales.
Esta información de la etiqueta del zumo en polvo hace que muchos consumidores lo perciban como una opción saludable por no contener azúcar, pero el estudio de El Poder del Consumidor arrojó que no tiene casi nada de fruta y posee muchos químicos perjudiciales para la salud: saborizantes, edulcorantes artificiales, colorantes artificiales y ácidos.
Los zumos en polvo tienen los siguientes colorantes entre sus ingredientes: caramelo clase IV, dióxido de titanio, tartrazina y amarillo ocaso FCF. Además contienen 210 ml de sodio (lo que cubriría el 10.5% del total recomendado para el consumo de adulto por día y 14% en los niños).
Ácido cítrico, goma xantana, pulpa de mango deshidratada y citrato de sodio, son ingredientes que también componen un zumo en polvo. Además tiene maltodextrina y ácido málico. Si bien tiene ácido ascórbico o vitamina C, el producto incluye componentes tóxicos en sus edulcorantes como: 600 ml de aspartame y 300 ml de acesulfame potásico.