Existen en España determinadas regiones que poseen una larga tradición en variedades autóctonas de uva. Éstas, no tienen nada que ver con el vino a granel, ya que aportan su singularidad al vino por su adaptación a la tierra, al tiempo que protegen la biodiversidad y contribuyen a fortalecer una agricultura sostenible, las claves que cracterizan al vino español en la actualidad.
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Estos varietales selectos, podrán apreciarse en la segunda edición del Barcelona Wine Week, que se llevará a cabo del 4 al 6 de abril en el recinto de Montjuic de Fira de Barcelona. El evento contará con la participación de 650 bodegas, entre las que están buena parte de las Denominaciones de Origen Protegidas españolas las marcas más consolidadas del mercado y prestigiosos expertos del sector.
Habrá catas, charlas y presentaciones que permitirán conocer cómo está el sector del vino español, que actualmente está en completa transformación y va hacia el desarrollo de los cultivos autóctonos a la vez que se prepara para introducirse en el reto digital.
1. Apuesta por la agricultura sostenible: Las cepas autóctonas tienen mayor resistencia a las inclemencias de cada zona climática porque llevan siglos creciendo allí. Esto las hace más tolerantes a los efectos adversos del calentamiento global, como las sequías, así como a algunas enfermedades fúngicas. Detalles que las convierten en las grandes aliadas de la agricultura sostenible para luchar contra el cambio climático.
2. Reivindicar el cultivo de variedades autóctonas: En España hay plantadas cerca de 150 variedades autóctonas de uva. “Sin embargo, este tipo de cepas autóctonas solo representa el 25% del total de viñedo plantado”, explica Marta Macías, project manager de BWW. Aun así, en los últimos 40 años muchas de esas variedades empiezan a ganar terreno frente a las foráneas. “Es una tendencia que vemos tanto en bodegas pequeñas como en las grandes” afirma Macías.
En los últimos años el mercado demanda más vinos elaborados con uva autóctona, en contraposión de los produtos elaborados a granel. Será el pilar de la sesión del Master of Wine, Frank Smulders, quien abordará el interés de los mercados europeos por los vinos con estas uvas.
3. Conquistar la digitalización: El confinamiento por la pandemia supuso pasar todo el día en casa. Aumentó el gusto por la cocina, pero también disparó las ventas de vino online. Esta circunstancia aceleró la digitalización del sector en el marketing y la comercialización. Un proceso aún incompleto que avanza a buen paso.
4. Impulsar el enoturismo: Antes de la pandemia, casi 3 millones de personas al año visitaban las bodegas y museos de las Rutas del Vino de España, con un gasto cercano a 80 millones de euros al año. Dos años después, el turismo cobra músculo y el sector vinícola está convencido de que las bodegas volverán a atraer muchos visitantes.
5. Proyección internacional: El vino español gusta aquí en casa y también fuera de nuestras fronteras. Para potenciar el mercado internacional, el programa BWW Hosted Buyers invitará a más de 350 compradores internacionales de 54 países para llevar a cabo más de 4.000 reuniones de negocios con las empresas expositoras. Se darán cita profesionales procedentes de mercados tan diversos como EE. UU, Canadá, Alemania, Reino Unido, Bélgica u Holanda.