El té verde es un producto derivado de la hoja fresca de la Camellia sinensis. El mismo se usa como infusión y como medicina natural. Los expertos aseguran que algunas propiedades del té verde son las de mejorar la agilidad mental y el pensamiento, ayudarnos a perder peso, prevenir los dolores de cabeza, entre muchos más.
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Pero su principal beneficio es el de ser antioxidante, esto quiere decir es capaz de evitar el daño celular provocado por los radicales libres, ayudando a prevenir el envejecimiento y distintos tipos de enfermedades. Es por eso que los especialistas recomiendan tomar al menos una taza al día de té verde para empezar a notar sus beneficiosos efectos.
El té verde tiene 20 veces más antioxidantes que la vitamina E y 100 veces que la vitamina C. Esto termina beneficiando a nuestro organismo ya que previene el cáncer de vejiga, ovarios, esófago y páncreas. Además, también puede disminuir el riesgo de enfermedades como Parkinson o el Alzheimer.
Es muy importante destacar que el té verde podría resultar contraproducente si se lo mezcla con otras sustancias, ya que el mismo impide el aprovechamiento orgánico de la vitamina B1 y dificulta la absorción del hierro de los alimentos, por lo que no conviene su consumo en personas con anemia.
¿Cómo prepararlo?
Ingredientes
1 cucharada de té verde;
1 taza de agua hervida;
Jugo de medio limón (opcional).
Su preparación es muy fácil, solo debemos agregar las hojas de té verde en la taza con el agua hervida, taparla y dejarla reposar durante 10 minutos. Se recomienda que el agua no sea de grifo, ya que por lo general durante el proceso de potabilización de la misma es incluido el cloro y otros compuestos que afectan su estructura. Luego colaremos las hojas y añadiremos el jugo de limón. Esta infusión puede beberse de manera fría o caliente. Te recomendamos consumirla entre las comidas porque puede disminuir la absorción de minerales como el hierro y el calcio.