¿Cuántas veces hemos botado los desperdicios que sobran después de preparar la comida? Tal vez nuestra primera opción no sea reciclar las pieles o cáscaras para preparar un abono, pero déjanos contarte que la mayoría de los desperdicios de frutas o verduras aún guardan una alta concentración de fósforo, calcio, hierro, nitrógeno, potasio y magnesio, alimentos que resultan por demás benéficos para aumentar tanto el aspecto como la salud de nuestras amigas verdes.
A menudo nos encontramos con tallos vacíos, flores sin pétalos, hojas amarillentas, árboles sin frutos y otro tipo de problemas relacionados con la nutrición de nuestras plantas. Puede parecer que con un riego adecuado cada cierto tiempo (según la variedad de organismo verde que tengamos) bastaría para asegurar la salud de nuestras plantas de interior, pero esta es una idea equivocada.
De la misma forma que nosotros no vivimos únicamente de líquidos, las flores también necesitan de alimento para crecer de la manera correcta, pero no te alarmes, nosotros te vamos a enseñar la manera en que puedes alimentarlas, ¿Cómo? Sigue leyendo, que ya viene la receta.
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Prepara el mejor abono orgánico para plantas
Lo único que necesitas son los desperdicios de frutas, verduras, tierra fértil y un contenedor con tapa.
El primer paso es alistar tu contenedor haciéndole un orificio en la base (este servirá para drenar el líquido resultante del proceso de descomposición de la materia orgánica), después pon una capa de desperdicios, cúbrela tierra y repite el proceso hasta que tu contenedor esté completamente lleno.
Unos meses más tarde (aproximadamente cuatro) ya estará lista, puedes utilizarla directamente como abono sobre tus plantas de interior, jardines, flores, huertas, jardines o como la casa para la reproducción de esquejes.