El cuidado de las plantas tiene muchas rutas a seguir, comenzando por que cada una de ellas tiene algunos detalles a tener en cuenta. Lo que es una realidad es muchas necesitan un fertilizante, que mejor si es natural. Por eso hablaremos de las cáscaras de huevo, que como ya sabemos, es un superalimento que también puede ayudar al cuidado de estos seres vivos.
Si quieres que tus plantitas crezcan de forma sana y saludable te recomendamos que pongas un poco de cáscara de huevo, ya que además de darles muchos beneficios, también es un remedio natural, económico y fácil de usar. Por eso te vamos a recomendar que a la próxima no las tires a la basura y se las des a tus plantitas. Eso sí deben estar lavadas y en trozos diminutos.
Beneficios de usar cáscara de huevo en las plantas
Al ser un superalimento, el cascarón es una buena forma de combatir las plagas que se quieran acercar a estos seres vivos de tu casa, siendo las babosas y caracoles los primeros que no se van a acercar. Mejor te contamos todos los beneficios que tiene y más adelante algunas formas en las que los puedes usar.
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Cómo preparar 3 fertilizante con cáscara de huevo
Si bien el simple hecho de colocar la cáscara de huevo sobre la tierra de las plantas es más que suficiente para que tengan y absorban sus beneficios, la realidad es que existe una manera ideal para hacerlo. Mejor te decimos cómo debes preparar ese fertilizante para que olvides de los insectos no deseados de tus plantitas.
- Una forma fácil, cuando no se necesitan muchas cantidades es que las lleves a la licuadora para hacerlas polvo. Esto hará que sea mucho más fácil esparcirlas por el terreno deseado.
- También puedes hacer una infusión: Necesitarás la cáscara de 6 huevos que pondrás en 3 litros de agua. Lo llevas a ebullición y dejas que la mezcla se enfríe. A la hora del riego solo colocarás un poco de esta mezcla.
- Harina de cáscara de huevo: Para este vamos a necesitar 12 huevos. Las vas a dejar secar a la sombra para que no pierdan nitrógeno. Cuando estén secas las vamos a machacar dentro de una bolsa con ayuda de un mortero y una piedra hasta dejarlo como polvo fino. Solo queda aplicar la harina a las plantas durante 40 días para que reciban el calcio que necesitan.