No hay nada más hermoso que salir al jardín y coger fruta fresca para un desayuno saludable. A diferencia de lo que muchos pueden pensar, tener árboles frutales en un jardín pequeño o incluso en un departamento, es totalmente posible. Hoy queremos daros algunos ejemplos que podéis tener en macetas. Puede que se os haga un poco pesado cuidarlos de las plagas, los hongos y demás pero la recompensa hará que todo haya valido la pena ¿Nencesitáis otro motivo para cultivar vuestras propias frutas? Al ser transportadas desde largas distancias y exponerse al sol y a otros factores pierden muchas de sus vitaminas y beneficios.
Árboles frutales que pueden cultivarse en macetas
Limonero
En particular, los limoneros amarillos, con sus brillantes y aromáticos frutos, son especialmente bonitos y muy decorativos en cualquier espacio. Además, los limones se utilizan en numerosas recetas, tanto dulces como saladas, y su zumo y ralladura añaden un sabor fresco y cítrico a los platos. Cultivar un limonero en maceta es relativamente fácil, ya que es adaptable y puede tolerar diferentes condiciones de crecimiento.
Naranjo y árbol de mandarina
Estos árboles frutales no solo son hermosos con sus hojas verdes brillantes, sino que también tienen unas muy decorativas y fragantes flores blancas que decorarán los espacios de tu hogar. Además, las naranjas y las mandarinas son ricas en vitamina C y nunca está de más tenerlas a la mano. Aportan un toque refrescante a los zumos, postres y platos.
Te podría interesar
Árbol de granada
El árbol de granada es otro ejemplar frutal que puede cultivarse fácilmente en macetas. Además de ser atractivo con sus flores rojas y frutos redondos, las granadas son conocidas por su contenido antioxidante y sus propiedades nutricionales. Las semillas jugosas y dulces de la granada se pueden utilizar en ensaladas, salsas y postres, brindando un toque de sabor exótico y color a las preparaciones culinarias.
Ciruelo
Esta es una opción que muchos van a adorar: cultivar un ciruelo en maceta es una opción encantadora que agrega belleza y elegancia a cualquier espacio. Estos árboles frutales son conocidos por sus hermosas flores blancas que brotan en primavera. El ciruelo es otro árbol frutal que se adapta bien al cultivo en macetas. Es un árbol muy similar al cerezo.
Consideraciones de los árboles frutales cultivados en macetas
Sustrato adecuado
El suelo en el que plantes tus árboles frutales debe ser rico en nutrientes y tener un buen drenaje. Hay que optar por tierra que contenga una combinación equilibrada de materia orgánica, como compost casero, turba y arena. Esto les proporcionará un entorno favorable para el crecimiento saludable de las raíces y garantizará una adecuada absorción de nutrientes.
Macetas grandes
Puede sonar obvio pero es importante elegir recipientes lo suficientemente amplios para que los árboles pueden desarrollarse adecuadamente. Las raíces de los árboles frutales necesitan espacio para extenderse y foortalecerse. Es mejor optar por macetas anchas y profundas que permitan un buen crecimiento radicular. Además, debéis aseguraros de que las macetas tengan orificios de drenaje para evitar el encharcamiento del agua.
Ubicación e Iluminación
Los árboles frutales necesitan una exposición adecuada a la luz solar para crecer y producir frutas de buena calidad. Debéis buscar un lugar en el jardín donde reciban al menos 6 horas de luz solar directa al día. Aseguraros de que no haya grandes estructuras o árboles que proyecten sombra sobre ellos, de lo contrario tendremos ramas lánguidas y frutos muy pequeños. Si vais a tenerlos en interiores, colocadlos cerca de las fuentes de luz natural y siempre averiguad las exigencias de las semillas que habéis plantado.
Riego y abono
Debemos mantener un calendario de riego y abono extremadamente preciso para nuestros árboles frutales. No es tan sencillo como rociar sus hojas y ramitas con un abono casero cada tercer día, de lo contrario podemos quemarlos e impedirles su desarrollo adecuado. En cuanto al riego, debemos evitar el encharcamiento pero tampoco podemos dejar que el sustrato esté totalmente seco. Al igual que en la iluminación, debemos adecuarnos a las exigencias de cada especie en cuanto a la frecuencia del riego y la fertilización.