La humanidad ha recorrido un largo camino para poder aprovechar tantos recursos como lo hacemos ahora, para ello, se han creado infinidad de utensilios y herramientas, cuya función principal es facilitar y perfeccionar el trabajo. Por eso, todos ellos han sufrido modificaciones interesantes que hacen que su funcionamiento sea más eficiente. Básicamente, cualquier cosa a tu alrededor puede ser un ejemplo, como el caso del rallador. Existen varios modelos, pero uno de los más comunes es el que tiene 4 lados, cada unos con una función diferente. ¿Sabes para que sirve cada lado? Aquí te lo contamos.
Este práctico utensilio de cocina fue diseñado en la década de 1920 por el médico Maximilien Bircher-Benner en colaboración con la empresa suiza Egloff & Co, y desde siempre la forma de usarlo ha sido muy sencilla. A pesar de que este producto lleva mucho tiempo en el mercado y está en los hogares de millones, pocas personas conocen la función de cada lado del rallador. Porque cada uno está diseñado para facilitar diferentes tareas.
Rallador grueso
Esta es, probablemente, la cara más usada del rallador, pues con ella podemos rallar fácilmente alimentos como queso y verduras. Pero ojo, hablamos del queso para gratinar, para rellenos, para pizza, etc. Recuerda que este rallador es bastante grueso, si lo que quieres es terminar tus platos con un poco de queso parmesano rallado y que se vea elegante, es recomendable usar el rallador fino.
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Rallador fino
Esta es la otra cara más utilizada, sobre todo cuando queremos acompañar la pasta con un poco de queso. Pero este lado también es útil para muchas otras cosas, como rallar el pan duro para hacer pan molido, o para rallar verduras cuando queremos que queden más finas que de la forma anterior. El rallador fino también es comúnmente utilizado para obtener ralladura de limón o rallar chocolate, pero esto es un error, ya que podemos obtener mucho mejor resultado con el rallador dentado.
Rallador dentado
Este es el rallador más fino, es ese que consta de círculos con 4 pequeños dientes cada uno, y, literalmente, el objetivo de este es pulverizar los alimentos. Es por eso que resulta excelente para rallar y obtener polvo de ingredientes duros, como nuez, cacao o jengibre. Además, es mucho mejor para obtener la ralladura de limón, lima o naranja que necesitas para tus postres, así como el chocolate, ya que dará partículas mucho más finas, lo que hará que se impregne mejor el sabor. Por otro lado, este rallador también es buenísimo para obtener puré de frutas y verduras, solo hace falta rallar vigorosamente tu fruta favorita con esta cara para obtener un buen puré casero.
Laminador
La última cara, y la más diferente de todas, es el laminador, que consiste en cuñas o líneas rectas y largas que van, horizontalmente, de un extremo a otro. Este lado se utiliza para obtener rodajas de zanahoria, calabacín o pepino, por ejemplo. Si quieres preparar unas patatas fritas, también puedes utilizar este lado para rebanarlas, o utilizarlo para obtener láminas de queso perfectas para tu sándwich.
Ahora que ya sabes para qué funciona cada una de las caras de tu rallador, ya puedes preparar tus platillos favoritos y aprovechar al máximo cada uno de los ingredientes. Utilizar cada lado correctamente te ayudará a ahorrar tiempo y esfuerzo, disminuir el desperdicio y mejorar el sabor e imagen de tus platos.