El aceite de oliva es uno de los ingredientes más utilizados y comercializados del mercado, pues tan solo en la Unión Europea, España es el primer consumidor de este destilado. Se calcula que aproximadamente cada ciudadano español gasta alrededor de 11 litros de aceite al año, lo que nos da un promedio de aproximadamente 138 millones de litros anuales entre todos los que gusten de incorporar esta grasa natural dentro de sus preparaciones.
Tal vez sea esta excesiva demanda de aceite de oliva, lo que condujo a ciertas marcas a alterar la composición del producto. Acto que por supuesto no duró mucho tiempo, ya que fue retirado de los estantes en cuanto el personal y los compradores se dieron cuenta del fraude.
Pero no te quedes con la duda, sigue leyendo y entérate de qué se trata este escándalo culinario.
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Fraude en aceite de oliva extra virgen
De acuerdo con distintos portales de internet, la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía alertó a la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica que alrededor de 12 marcas de aceite de oliva extra virgen, habían producido aceite bajo condiciones que no eran las adecuadas.
Además, dichos fabricantes mentían respecto al contenido del producto con relación a la etiqueta, puesto que no contenía los mismos ingredientes que indicaba. De hecho, se comenta que los aceites de oliva que se vendían como “extra virgen” y “suave” no eran en realidad más que una combinación de semillas y sobrantes de otros líquidos.
Pese a que la mayoría de la información es de carácter confidencial, sabemos que las autoridades de salud actuaron a la brevedad posible, por lo que es probable que el fraude del aceite de oliva sea solo un escándalo que nunca llegó a los supermercados.