Los alimentos de quinta gama son opciones que eligen cada vez más los restaurantes. La categoría se traduce en comidas ya elaboradas, cocinadas y envasadas, directo para calentarlas (o no) y servirlas. Jamás debe confundirse con ‘preelaborados’ o ‘precocinados’ y para eso mejor pasemos a explicar qué son las gamas en la industria alimentaria.
Te podría interesar
¿Qué son las gamas de alimentos en la industria?
Los alimentos no pasan por los mismos procesos hasta llegar a la ingesta por parte de una persona. Las gamas son categorías que se traducen en el tratamiento y origen determinado de un producto. Así, por ejemplo, existen los frescos (primera gama), conservas (segunda gama) y los congelados (tercera gama). En cuanto a la cuarta gama, son los que fueron envasados al vacío sin someterse a alguna cocción.
Cuáles son los alimentos de quinta gama
Son los que se elaboran con técnicas de cocina tradicionales, pero suman procesos de alta tecnología para su conservación, por ejemplo: la esterilización a bajas temperaturas o la pasteurización en las mismas condiciones, para poder preservar mejor la calidad nutricional del alimento y sus características organolépticas, sin utilizar conservantes ni aditivos.
Alimentos de quinta gama en los restaurantes
Si bien como comensales y clientes de un restaurante, podemos recibir un plato gourmet que pareciera que llevara muchas horas de preparación en la cocina del establecimiento, lo cierto es que tranquilamente pueden ser alimentos que llegaron al sitio con un proceso de elaboración y luego solo hubo que juntarlos para hacer la presentación de la comida: fumets de pescado, salsas caseras, rellenos o vegetales troceados, entre otros, podrían ser ejemplos perfectos de estos platos preparados para estos fines de la restauración.
¿Cómo reconocer alimentos de quinta gama?
En primer lugar, por su calidad nutricional, ya que no presenta aditivos ni conservantes y fue examinado por un control riguroso de seguridad e higiene alimentaria. En segundo término, por la rapidez en la que son servidos, ya que solo necesitan ser calentados o finalizados con algún mínimo proceso de cocción. En tercer lugar, exigen menos manipulación, es por eso que se hace en un tiempo menor y no se utilizan tantos utensilios. El cuarto aspecto es que la caducidad se alarga y se minimiza el desperdicio de comida. Y finalmente, la quinta clave para detectar alimentos de esta gama en los restaurantes viene de la mano de los precios. Se logra un control del costo porque no se consumen tantos recursos en la cocina.