Llevar adelante una rutina de cuidado facial no es complicado, pero es una tarea que puede llevarnos unos cuantos minutos. Si bien existen muchos productos de laboratorio para minimizar líneas de expresión en el rostro y cuello, también existen alternativas naturales y un poco más accesibles para rejuvenecer la piel.
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Uno de los cosméticos naturales ideales para aplicar en el rostro y tener una piel de porcelana es la harina de garbanzo, que al ser elaborada a través de la trituración de la legumbre, adquiere las mismas propiedades beneficiosas: apagar el color de las manchas producidas por la exposición al sol, combatir el acné, limpiar los poros de manera suave e hidratar los tejidos dérmicos.
Cómo preparar una mascarilla facial con harina de garbanzo
Para hacer una mascarilla con harina de garbanzo, necesitas cuatro cucharadas de este alimento y una de miel. Puedes potenciar los efectos si dispones de cúrcuma en tu casa. En ese caso, agrégale a la mezcla una cucharadita. Cuando tengas una pasta de color y consistencia homogénea, será hora de colocarla en el rostro con la ayuda de una broca o pincel de cosmética.
Aplica la mascarilla de harina de garbanzo y miel en todo tu rostro y en el cuello, y deja actuar por 30 o 40 minutos. Luego debes enjuagar con abundante agua tibia o fría para cerrar los poros limpios. Posteriormente, puedes seguir con tu rutina de cuidado facial, agregando la crema hidratante que desees. Para que el cosmético natural haga su efecto, debes aplicarlo, por lo menos, dos veces por semana.
Además de ser muy nutritiva y poco calórica para utilizarla en las recetas de cocina, la harina de garbanzo resulta un cosmético perfecto para la piel y el cabello. Además de hidratar el rostro y el cuello con vitaminas y minerales de la legumbre, también puede exfoliar los tejidos dérmicos como el cuero cabelludo. Su acción no es para nada agresiva y es recomendada para pieles sensibles.