El hair contouring es una técnica de coloración en la que se combinan luces y sombras en el cabello para potenciar los rasgos faciales que más gustan, consiguiendo un rostro más natural y juvenil, sin necesidad de maquillaje.
Te podría interesar
Esta técnica de coloración puede emplearse en cabellos claros y oscuros. Son unas mechas que tiene en cuenta varios aspectos del rostro, como la estructura del rostro, las características particulares de cada uno (su nariz, el mentón, el ancho de la frente, los lóbulos de las orejas…) y el color de la piel.
Respecto a estos criterios, si se tiene un rostro más redondeado o cuadrad, lo ideal, según los expertos en esta técnica del hair contouring, es utilizar tonos más oscuros en las zonas laterales frontales y más claros en la zona alta, de esta manera, esta técnica aportará verticalidad, profundidad y ligereza en el cabello y el rostro.
Mientras que si, por el contrario, los rasgos del rostro son más alargados y lo que se busca es suavizarlos, lo que recomiendan los expertos, es emplear en la zona superior del cabello, tonos más oscuros y dejar las zonas interiores más claras, lo que aportará una mayor horizontalidad al rostro.
La clave del hair contouring es mezclar de manera estratégica los tonos claros, medios y oscuros en cada cabello, para conseguir con la coloración, el efecto que se desea, ya sea más claro o más oscuro. El éxito del hair contouring está en que, entre el color base del cabello y el tinte que se aplica, no debe haber más de cuatro tonos de diferencia, para conseguir de verdad un efecto natural. En esta técnica se puede trabajar con tonos dorados para revitalizar una melena castaña clara, con tonos más cobrizos para emplearlos en cabellos morenos, o aplicar los tonos más platinos quedan especialmente bien sobre los rubios.