Los huevos camperos son uno de los alimentos más utilizados y consumidos en los hogares de todo el mundo. Sin duda alguna podemos encontrarlos en infinitas recetas, ya que suelen formar parte de muchas de las comidas que ingerimos diariamente. Desde comienzos de la humanidad se convirtieron en un ingrediente indispensable para el ser humano, por lo cual es muy común comenzar una lista de compras con este noble alimento.
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En la cocina es muy habitual encontrar huevos en gran cantidad de recetas, comenzando por el desayuno, la principal comida del día. Las formas de preparación pueden ser variadas: revueltos, duros, poché, con tostadas y aguacate, son tan solo algunas de las opciones. Pero también podemos utilizarlos para cocinar una suculenta tortilla de patatas, así como pueden incluirse en muchos de los sabrosos postres que consumimos.
Cuando llegan las altas temperaturas del verano, los huevos se convierten en una opción rica, rápida y recomendable. Aunque se pueden comer en cualquier estación del año, siempre es aconsejable mantener ciertos cuidados para evitar indigestarse. Es muy importante conservarlos adecuadamente antes de llevarlos a nuestras comidas y disfrutarlos con una buena preparación. A la hora de hacer las compras seguramente vas a revisar de dónde provienen y cuál es su tamaño.
Los ecológicos, también llamados “huevos de corral”, son aquellos que provienen de gallinas que pasan sus días en distintos corrales, a la intemperie. En este caso, las aves consumen un pienso compuesto que proviene de un conjunto de materias primas (vegetales, animales, minerales), pero igualmente pueden ingerir paja, pasto o insectos. Pero el dato más importante es que aquí no interviene ningún tipo de compuesto químico o plaguicida y los animales descansan un tercio del día lejos de la luz del sol.
En cambio, los huevos camperos, son producidos por aves que se crían en otro tipo de ambiente: se las puede observar en total libertad pero dentro un rango de no más de cuatro o cinco metros cuadrados. Para alimentarse consumen maíz, hierbas y otros insectos que encuentran en tierra fértil, como pueden ser gusanos. Esto determina que su dieta no respete al medio ambiente.