Cada vez son más las personas que eligen utilizar el bicarbonato de sodio como agente de limpieza y desinfección en el hogar. Esta sustancia es un compuesto que incluye oxígeno, carbono, hidrógeno y sodio, y sus propiedades van más allá de ser beneficiosas para nuestros espacios de la casa.
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El bicarbonato sódico tiene acción antibacteriana: esto quiere decir que cuando entra en contacto con algunas bacterias, origina nuevos microorganismos que terminan eliminando a estas últimas, favoreciendo el proceso de recuperación luego de una infección u otro malestar ocasionado.
Como es sabido, el bicarbonato es una sustancia que se puede ingerir y muchas recetas lo incorporan como ingrediente (en muchas ocasiones se utiliza para neutralizar la acidez de determinados alimentos o para generar texturas esponjosas). Pero también es cierto que es una sustancia muy abrasiva y puede dañar los órganos con los que esté en contacto en elevadas cantidades. Si se quiere consumir este elemento como desinfectante, lo mejor será siempre acudir a un médico.
El profesional de la salud sabrá decirnos si es viable el tratamiento o no con el bicarbonato de sodio como antibacteriano, dependiendo de nuestras condiciones corporales y el estado de salud. Esta sustancia blanca también es alcalinizante y tiene su acción matando a la bacteria Streptococcus mutans: una de las responsables de la aparición de las caries de los dientes.
El bicarbonato también sirve para tratar el hongo dermatofito de los pies, porque además de neutralizar los malos olores, termina quitándole las posibilidades de seguir desarrollándose en la piel. Es por eso que para utilizarlo siempre hay que hacerlo de manera supervisada por un profesional, sobre todo para los casos de acidez estomacal, para aplicaciones capilares o usos dermatológicos.