El perejil es una planta de la familia de las herbáceas que contiene una variedad importante de propiedades que, en muchos casos, son desconocidas incluso por quienes suelen consumirlo. Se pueden encontrar en varios de los platos de la gastronomía mundial y se utiliza desde hace siglos, sobre todo para dar esa pincelada de sabor final.
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Nuestro cuerpo obtendrá enormes beneficios al consumirlo y esto se debe a que, visto desde su composición nutricional, esta planta posee muchos usos curativos. Por ejemplo, es un desinflamatorio natural del cuerpo, goza de propiedades antioxidantes, sirve para combatir infecciones urinarias, ayuda a controlar la diabetes y cuida la salud de nuestra piel. Habitualmente las hojas de perejil se consumen en estado natural o como condimento.
El zumo de perejil aporta sustancias que nos aseguran la conservación y el correcto funcionamiento de nuestro organismo. En una ración de 100 gramos puede brindarnos minerales como calcio, fósforo, magnesio y potasio, entre otros, que ayudarán a fortificar huesos y músculos. Además, dará una importante contribución para mejorar los niveles de Vitamina A, Vitamina C y folatos.
Combinando un ramillete de perejil, un poco de agua, el zumo de un limón más jengibre y miel, si es que alguno de estos dos son de nuestra preferencia (o bien algún otro endulzante natural como puede ser el sirope), podremos realizar una preparación ideal. Llevaremos todos estos ingredientes a la procesadora para obtener una mezcla saludable, lista para beber.
Elaborar un té de perejil puede sonar hasta un poco raro si no estamos acostumbrados a incursionar en nuevas alternativas. Lo cierto es que muchas personas eligen las infusiones frías o calientes para diferentes momentos del día y, dados sus componentes, esta puede ser una excelente opción. Las propiedades que posee esta planta le aportarán a nuestro organismo muchos micronutrientes indispensables para nuestra salud.