Con el paso del tiempo, los dientes suelen volverse un poco amarillentos y esto se produce porque comienza a hacerse más visible la capa que hay por debajo del esmalte dental: la dentina. Algunos factores genéticos, el consumo de café, vino o té y el hábito de fumar, pueden oscurecer significativamente esa blancura natural de la dentadura.
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Pero hay maneras sencillas de blanquear los dientes en casa con sustancias que tienen una acción inmediata. Cabe mencionar que si bien utilizarlas esporádicamente no traerá consecuencias negativas para la salud bucal, no es recomendable su uso diario, ya que pueden erosionar el esmalte dental. Uno de los ingredientes es el vinagre de sidra: este líquido contiene probióticos, ácido acético, magnesio y potasio, fundamentales para una sonrisa radiante y la desinfección.
Otra manera de blanquear tus dientes sin dañar el esmalte es utilizando bicarbonato de sodio, esa sustancia que seguramente has tenido en cuenta para recetas o limpieza del hogar y que puedes mezclar con agua para cepillar tu dentadura. Y, por otro lado, también funciona para el objetivo la levadura de cerveza: solo debes mezclarla con sal y frotar por la superficie de tus piezas dentales.
Otro método eficiente que puedes poner en práctica para blanquear tus dientes es utilizar agua oxigenada (peróxido de hidrógeno), que además desinfectará toda tu boca. Puedes usarla como enjuague bucal diluyéndola con agua, ya que de lo contrario puede ser perjudicial para tus encías. También sirve para tal fin acudir a las frutas con contenido de sustancias ácidas, como las fresas y los cítricos; o la cáscara de plátano. Solo debes frotar los alimentos por tus piezas dentales y enjuagar.
Y otra de las maneras para hacer que tus dientes se vean más blancos sin erosionar el esmalte natural es el aceite de coco. Esta sustancia es antiinflamatoria y antimicrobiana por excelencia. Para utilizar este método solo debes colocar una cucharada de este líquido espeso en tu boca, distribuirlo y mantenerlo durante unos 3 minutos.