Una de las carnes más consumidas en el mundo es la de pollo. Casi cualquier gastronomía del mundo, tiene entre sus platos más representativos alguna preparación con este alimento. Además se presenta como una opción ideal para incorporar en dietas que tienen como objetivo la pérdida de peso, por su aporte reducido de calorías y grasas.
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Lo cierto es que una de las partes del pollo que más se consume es el solomillo, una porción que se ubica debajo y detrás de la pechuga. Esta sección carece de hueso y también es llamada lomo. Se caracteriza por ser muy tierna y pequeña, por lo que su cocción resulta bastante fácil y rápida.
El solomillo de pollo se vende generalmente en bandejas como se ofrece la pechuga. Y es utilizado en infinidad de recetarios de todo el mundo. A la plancha, al vapor, a la parrilla, al horno, salteado o cocida, esta carne resulta muy sabrosa con salsas y guarniciones. Pero también hay que tener en cuenta que tiene sus cuidados de cocción para que no se pase.
Esta parte del pollo es un poco menos seca que la pechuga, pero de todos modos puede suceder que una mala cocción deje un alimento seco y sin sabor. Como también puede ocurrir que pequemos de rápidos y dejemos la carne demasiado jugosa y cruda. Si la cantidad de minutos para cocinar este animal es de 30 minutos, con el solomillo hay que ser más prudentes porque está listo mucho antes.
Una de las maneras de cocinar el solomillo de pollo para que no quede seco es a la plancha o en fritura. En ambos casos de este tipo de cocción de este alimento, solo bastarán entre 5 y 7 minutos para que quede con el punto ideal, lejos de estar crudo. Otra forma de disfrutar esta carne es a través de los sofritos y guisos. En esta situación, lo ideal será cocinarlo entre 10 y 12 minutos para que no quede con una consistencia seca.