Este duro verano en España ha traído consigo ciertos fenómenos meteorológicos a los que no estamos acostumbrados, y que han provocado, tanto incendios como calima atmosférico. Este último se produce cuando hay polvo, ceniza, arcilla o arena en suspensión, que decantan en las calles, y todo lo que tienes fuera queda cubierto con un polvo rojizo. Una de las cosas más afectadas será tu coche, por lo que en este artículo te contamos como quitar estas molestas partículas sin arriesgarte a rayarlo.
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El problema con este tipo de arena y polvo es que si se convierte en barro por la humedad ambiente lo que provocará que la pintura del coche comience a resquebrajarse. Y en lo que respecta a la parte interna del motor, los filtros también van a sufrir el efecto dañino de estas partículas en suspensión y y puede que se termine rompiendo alguna pieza por tener los filtros tapados.
Lo primero que deberías hacer para limpiar el coche, es eliminar la arenilla con aire a presión, pero si no tienes este tipo de máquina, puedes recurrir a una aspiradora para no seguir volatilizando el polvo por todo el lugar. Una vez que puedas quitar un poco de arenilla, el truco es quitar los otros restos con agua templada con la que eliminarás las partículas pequeñas.
Una vez que hemos eliminado el exceso de polvo, se puede comenzar a frotar el coche con un trapo de microfibras o una esponja suave y agua jabonosa. Para no arrastrar la suciedad lo ideal es limpiar la carrocería y posteriormente los cristales y los faros. Si los cristales del coche están sucios puede ser peligroso al quedar reducida la visión y el alumbrado.
El último truco consiste en limpiar las plumas del limpiaparabrisas con agua y jabón. Es importante mantenerlas limpias para que no se deterioren y no se rayen los cristales, al igual que las gomas que protegen que no entre agua por los vidrios del coche, debemos prestar atención si no se van a rayar todos con la arena que pueda quedar en las canaletas.