El aceite es el producto fundamental en la dieta mediterránea. No hay cocina española en la que no encontremos una botella de dicha sustancia. Su consumo, combinado con diferentes alimentos, nos proporciona enormes beneficios para la salud, sin embargo, si no se recicla, el medio ambiente sufre las consecuencias de su uso ya que, una vez cocinado, las sobras o restos de aceite se convierten en un producto altamente contaminante.
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A pesar de que los expertos recomiendan reciclar el aceite, la gran mayoría de usuarios se deshacen de las sobras de esta sustancia de las formás más corrosivas para el medio ambiente. No hay que olvidar que el agua y el aceite no se mezclan, lo que provoca que si el aceite usado de la cocina llega a los ríos o a los mares provocará que el agua no se pueda oxigenar correctamente, lo cual afecta a la flora y a la fauna. Tirar el aceite al desagüe de la cocina, desecharlo en agua o en tierra; o, directamente, depositarlo en la basura, son fórmulas muy dañinas para el medio ambiente y que, sin embargo, se encuentran entre las más comunes en las cocinas españolas. Por ello, a continuación, explicamos una serie de alternativas para seguir consumiendo alimentos con aceite sin contaminar nuestro entorno.
La reutilización es una de las grandes claves del reciclaje. De igual modo que se recomienda volver a usar tantas veces como sea posible un producto antes de desecharlo, es conveniente utilizar las sobras de aceite siempre que no se haya pasado el punto de humo del aceite. Una buena opción es apartar las sobras de aceite en un recipiente y reservarlo en nuestra hasta cocinar otros alimentos.
Si hemos reutilizado ya las sobras del aceite y necesitamos retirarlas de nuestra cocina, una alternativa puede ser acumularlas en una garrafa y, después, llevarlas a un punto de reciclaje. De esta forma, nos aseguramos que, una vez retiradas, la sustancia no se mezcle con el agua de los ríos y mares, protegiendo así el medio ambiente. Otra opción poco conocida pero también muy cómoda para desechar el aceite usada de nuestra cocina es solidificarla. En muchos supermercados podemos adquirir un producto que, al mezclarlo con el aceite, la convierte en un bloque sólido y nos permite deshacernos de la sustancia sin contaminar el medio ambiente.
La posibilidad más sorprendete de todas es darle una segunda vida a las sobras de aceite usado de cocina elaborando otros productos como velas o jabones. Aunque parezca mentira, si mezclamos el aceite con sosa caústica y alguna esencia podemos fabricar nuestro propio jabón mientras que las velas aromáticas son otra opción mezclando la sustancia con aceite esencial casero.