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Jardín: cómo cultivar las camellias en maceta

Te contamos algunos consejos que debes tener en cuenta para que esta hermosa plata se desarrolle sana y fuerte.

Camelias.Fuente: Pexels
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Si bien existen alrededor de 250 especies de Camellias, la más popular y la preferida para deslumbrar desde una maceta es la Camellia japonica. Si bien se trata de una planta sumamente resistente, requiere de una serie de cuidados para crecer radiante, por lo que a continuación te dejamos los mejores consejos para cultivar esta hermosa planta en maceta.

El riego al ser una planta originaria de áreas tropicales y subtropicales, requieren de mucha humedad y por ello lo mejor es un riego abundante que impida que el sustrato llegue a secarse. Es importante también que la maceta elegida tenga un buen sistema de drenaje, lo que permitirá que el líquido fluya y así se evitarán los encharcamientos o que sus raíces se pudran.

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Da igual el material con el que esté hecha la maceta, solo deben tener agujeros de drenaje. Las camellias no es una planta acuática, y por lo tanto sus raíces morirían asfixiadas si tuviesen contacto diario con esa agua que sobra al regar.

Durante el verano si las temperaturas superan los 30 grados puedes ponerle un plato debajo, ya que el sustrato se seca con rapidez. Es vital que se encuentre en un sitio sumamente iluminado, aunque con la precaución de que el lugar elegido no tendría que tener acceso directo hacia los rayos del sol.

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Una pérgola es sin duda la mejor ubicación para estas plantas o de lo contrario lo mejor será asignarle un espacio bastante húmedo o que te dé lugar a pulverizarla de vez en cuando si se trata de un sitio muy cálido. Es importante prestar atención ante la aparición de pulgones u otras plagas que puedan dañarla y utilizando productos ecológicos podrá prevenir sus ataques, siendo sumamente efectivos.

Lo ideal para mantener un correcto desarrollo de esta especie es hacer una poda de limpieza durante el invierno, la cual consiste en quitar las ramas enfermas, los brotes débiles y aquellas ramas que sobresalen demasiado para que lleguen a florecer de manera pareja.