Ver crecer nuestro propio cultivo puede aportarnos gran felicidad. Te contamos cómo puedes cultivar lechuga sin necesidad de semillas, en una maceta. Aunque la jardinería no sea una de tus mayores habilidades, con estos sencillos pasos podrás ver crecer tus nuevas plantas en semanas.
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La lechuga forma parte de la familia de las asteráceas y entre sus propiedades destaca su enorme contenido de agua, mas del 90%. Además, este vegetal aporta potasio, calcio, fósforo y magnesio, entre otros minerales. Si nos fijamos en las vitaminas de este cultivo debemos mencionar que es rica en vitamina A, B, C y E. Además, posee lactucarium, que funciona como calmante en el sistema nervioso, así, favorece el sueño y la relajación.
Este cultivo se siembra desde hace más de 2.000 años, existen referencias sobre su uso por griegos y romanos. En el siglo XI, los árabes desarrollaron tratados sobre cómo cultivar la lechuga y la realeza en España la usaba en la Edad Media como guarnición en las comidas y cenas que ofrecían a sus invitados. Ahora que conocemos sus beneficios y sus orígenes te contamos cómo cultivar la lechuga sin semillas.
Para cultivar la lechuga sin semillas vamos a necesitar una maceta considerablemente profunda, tierra, dos plantas de lechuga y, por supuesto, agua. Colocamos la tierra dentro de la receta sin que rebase más de la mitad del recipiente. Introducimos en al tierra las dos plantas o cabezas de lechuga un poco profundas y con distancia entre ambas. Aportamos una cantidad de agua importante. Se aconseja colocar este cultivo en espacios que no sean demasiado calurosos. En unos tres meses podremos obtener los resultados y ver las primera lechugas nuevas.
Otra de las formas en que podemos cultivas lechuga sin semillas es simplemente en un vaso de agua. Para ello, retiramos las hojas de la lechuga hasta quedarnos solo con el tallo de un palmo de largo. Colocamos el tallo en un recipiente con un poco de agua y cambiamos el agua cada día. En poco tiempo veremos crecer el nuevo cultivo.