La dieta keto, como cualquier otro plan de alimentación, requiere cierta planificación, supervisión y estudios previos de la persona, para poder conocer si alguno de los alimentos puede resultar perjudicial para los niveles de determinadas hormonas o proteínas en la sangre. Este plan alimenticio prioriza el consumo de grasas y evita o rechaza los hidratos de carbono.
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Este tipo de dieta, en donde se limitan o restringen determinados alimentos, está pensada por lo general para el objetivo de bajar de peso. También llamada cetogénica, este plan de alimentación requiere de una óptima planificación y supervisión de un profesional de la nutrición para no caer en efectos rebotes ni en efectos secundarios perjudiciales.
Uno de los efectos negativos de una dieta keto no planificada, desorganizada, no supervisada por un profesional de la salud y con consumo alimentos de mala calidad, pueden derivar en una cetosis fuera de control, muy perjudicial para el organismo. Esto podría suceder porque los hidratos de carbono están casi ausentes en este plan de alimentación.
El proceso de cetosis que se busca con la dieta keto se podría explicar como la acción del cuerpo que comienza a usar grasas como combustible para producir energía, de lo que comúnmente se ocupan los hidratos de carbono, que son tipos de glucosa. Un plan de alimentación de este tipo que no esté controlado o evaluado por un profesional de la nutrición puede derivar en una cetoacidosis.
La cetoacidosis es el proceso por el cual se acumulan cuerpos cetónicos en el cuerpo y puede conllevar a la muerte, en casos muy graves. El estreñimiento es otro de los efectos negativos que puede ocasionar una dieta keto de mala calidad con: alcohol, alimentos ultraprocesados, muchas frituras y carnes demasiado grasas. El sistema inmunológico también puede verse afectado, por carencia de antioxidantes y vitaminas. También pueden aparecer problemas de tipo digestivo, sobre todo del hígado, y se pueden modificar los niveles de lípidos en sangre.