Científicos de Finlandia realizaron un estudio con el fin de responder a interrogantes acerca del calentamiento global y el consumo de agua y tierra involucrado, que se produce en la agricultura y ganadería. El objetivo de la investigación fue saldar la duda acerca de si los alimentos de origen animal se pueden sustituir con otros producidos en laboratorio.
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El estudio fue publicado en Nature Food y se plantearon si efectivamente se podría reducir el calentamiento global con el consumo de los “alimentos del futuro”, es decir, los cultivados en laboratorio. Para eso, los científicos tuvieron en cuenta la posibilidad de una dieta que tuviera en cuenta las necesidades nutricionales de las personas y también el impacto en el medio ambiente.
Los investigadores del estudio descubrieron que existiría un beneficio enorme si las personas dejaran de comer carne roja o de pollo, al igual que los lácteos derivados de animales, y eligieran consumir alimentos elaborados con las nuevas tecnologías. Con esto se podría bajar el nivel de impacto ambiental de los procesos de la industria alimentaria tradicional. Claro que esta proyección a través de datos informáticos, se basó en el continente europeo.
El beneficio que traería comer insectos y microproteína derivada de hongos cultivados en laboratorios sería la reducción significativa del uso del agua y el potencial calentamiento global en un 80%. Reducir el consumo de carnes determinó que ya conllevaría un 60% menos de impacto en el medio ambiente. Además, también se tuvieron en cuenta las emisiones de carbono. La cría organizada de estos ejemplares tendría menores consecuencias que la de animales en granjas.
La pregunta derivada de este estudio es si es seguro ingerir insectos. Y al respecto de esto, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ha mencionado las implicancias de este “alimento del futuro” en la seguridad que la industria debe garantizar. Los riesgos de la ingesta son de tipo químico, biológico, alergénico y físico, ya que pueden ser vectores de patologías, trastornos y enfermedades por portar microorganismos perjudiciales y causar parásitos, bacterias o hepatitis, entre otros.