Los pulgones son insectos que se inscriben en la categoría de fitopatógenos y si bien existen miles de especies, aproximadamente 250 de ellas son las que se constituyen en plagas para los cultivos. Estos ejemplares provocan el deterioro de las plantas, ya que se alimentan de ellas, por lo tanto prevenir su aparición es la mejor forma de garantizar que las hierbas no se marchiten.
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Estos insectos son muy pequeños, su tamaño puede ir de 1 a 10 mm y se alimentan de plantas gracias a un órgano perforador bucal, que atraviesa los tallos y les permite succionar la savia vegetal. Es por eso que si no se combate la plaga de pulgones a tiempo, puede marchitarse en poco tiempo cualquier tipo de ejemplar por no tener suficiente savia para el crecimiento.
Malformaciones, debilidad en el crecimiento y manchas, son las “heridas” que les pueden causar los pulgones a las plantas. Estos insectos son fáciles de identificar porque actúan en masa y sus colores característicos suelen ser el verde, negro, amarillo o rojizo. También se pueden detectar a través de la presencia de hormigas, ya que son atraídas por las sustancias “azucaradas” que despiden estos ejemplares fitopatógenos.
Para combatir los pulgones de las plantas se pueden preparar soluciones con alimentos en casa. Una que no lleva comida pero es efectiva, es la que contiene alcohol al 70% diluído en agua. Con este líquido dentro de un recipiente con atomizador, se deben rociar las hierbas u otros ejemplares infectados por esta plaga. El momento ideal para hacerlo es durante la noche, para que el sol no arruine las hojas o tallos.
Pero los dos alimentos perfectos para combatir los pulgones de las plantas son: el ajo y el ají. Para hacer una solución con estas verduras, se deben hervir junto con unas hojas de menta y dejar reposar, para luego regar y pulverizar sobre el ejemplar a rescatar. El tiempo del tratamiento es de por lo menos 5 días.