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Descubre el restaurante preferido de Dabiz Muñoz para comer tortilla de patatas a las brasas

Piantao, un sitio con aires argentinos, tiene esta versión espectacular de la tortilla de patatas.

Dabiz Muñoz.Fuente: Producción Gastrolab
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“La primera tortilla de patatas a la brasa de Madrid se hace en Piantao”, reza el epígrafe de un video colgado por el restaurante en la plataforma de Instagram. Desde allí, también describen cómo cocinan este plato tan representativo de la gastronomía española: “El maestro parrillero Javier Brichetto la elabora a partir de la receta original de Gastrorgásmico, popular influencer, famoso por sus excelentes tortillas”.

En el mismo audiovisual publicado desde la cuenta del restaurante en Instagram también expresan: “Se cocina a la brasa y se puede disfrutar sola o cubierta con migas de costillar asado y los jugos de cocción”. La tortilla de patatas a las brasas que se puede comer en Piantao es “jugosa, con el toque ahumado de la parrilla y el sabor de la carne melosa, es un auténtico espectáculo”. 

No se puede negar el éxito del chef Javier Brichetto con Piantao, un restaurante que aplica todas las técnicas de la cocina argentina a las brasas en los platos más emblemáticos de España, como la tortilla de patatas. Una fusión que parece agradar a su público y los amantes de la parrilla. Algunos de los visitantes de este sitio gastronómico han venido desde el mundo del deporte como, por ejemplo, Falcao o el Kun Agüero.

Pero Piantao también ha recibido a colegas de Brichetto como Dabiz Muñoz, que han probado su tortilla de patatas a las brasas, entre otros platos cocinados a la parrilla. "Piantao representa el concepto de parrilla argentina con carácter contemporáneo”, describen desde el sitio web del restaurante. 

El sitio gastronómico que comanda este chef argentino pretende agasajar a los amantes de las carnes, sobre todo a la parrilla, pero también a los seguidores fieles de la tortilla de patatas, que en este caso se elabora con la cantidad justa de cebolla para no espantar tanto a los “sin-cebollistas”.