La importancia de conservar los alimentos cocinados en lugares frescos o dentro de la nevera reside en el riesgo que hay de intoxicarse por descomposición de la comida y proliferación de bacterias. Uno de los platos que más hay que conservar en frío es la tortilla de patatas.
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A la hora de elaborar uno de los platos culinarios emblema de la cocina española, la tortilla de patatas, hay que tener en cuenta que debe consumirse en el momento o refrigerarla para comer después, con la seguridad de no ingerir comida en mal estado y no cogerse una intoxicación.
Uno de los ingredientes infaltables de la elaboración de la tortilla es el huevo. Y es justamente este alimento el que puede ser crucial en la descomposición de esta comida, porque sus propiedades y conservación son susceptibles a los cambios de temperatura. Un huevo en mal estado puede ser el causante de Salmonella.
Con las altas temperaturas del verano, el cuidado al hacer y comer tortilla de patatas es mayor. Las comidas que llevan huevos crudos pueden desencadenar intoxicaciones si no se conservan en la nevera luego de su cocción. Frente a temperaturas superiores a 20°C, los platos con este ingrediente pueden modificar su estructura, generando las condiciones para la proliferación de bacterias y otros microorganismos.
Por lo tanto, frente a este riesgo que existe al ingerir huevos en mal estado o crudos, hay que evitar comer la tortilla de patatas en el plato en que se dio vuelta. El motivo reside en que pueden quedar restos de huevo crudo y por lo tanto aumentan las posibilidades de intoxicarse por Salmonella. Esto sería un caso de manual de “contaminación cruzada”.